viernes, 3 de noviembre de 2017

DEBAJO DE LA CAPA

   Debajo de la capa de Luis Candelas…. Es el primer verso de la canción que desde niña escuchaba en la radio, al igual que otras muchas de la que se dio en llamar canción española o familiar “la copla”, todas ellas encierran un poso de veracidad.

   No solo hubo bandoleros andaluces que sus “hazañas” han llegado hasta nosotros, también  en Madrid aunque el más conocido sea Luis Candelas Cajigal que nació el nueve de febrero de 1804 en la calle del Calvario del barrio de Lavapiés era el tercero de los hermanos.

   Su padre regentaba una carpintería y pudo darle estudios en el colegio de S. Isidro fue expulsado a causa de que un clérigo le dio una bofetada y él respondió con dos.

    Siguió leyendo todo lo que caía en sus manos le gustaba vestir bien y ser educado pero a los quince años hizo su primer robo fue detenido  y luego apresado en la cárcel de la Villa por deambular  de madrugada por la Plaza de Santa Ana.

    A los diecinueve años murió su padre por ello se dedicó a ser librero duró poco tiempo pues fue condenado a seis años de cárcel por robar dos caballos y una mula.

    Entre 1823 y 1830 se dedicó a conquistar mujeres y vivir de ellas, era un D. Juan de la época he recogido una reseña de su aspecto: “ Era moreno, bien parecido, dientes blancos, con patilla ancha y flequillo bajo el pañuelo, bien afeitado, calañés, faja roja, capa negra, calzón de pana y calzado de mucho tirar.”

   Después se dedicó al latrocinio y tuvo dos duelos uno contra Paco El Sastre, a partir de entonces se convirtió en su mejor amigo y le hizo ganarse el respeto de los barrios de Madrid.

    En 1835 formó una cuadrilla de diez componentes con los que se reunía en la taberna del Cuclillo y en la taberna de Jerónimo Morco entre otras donde les ofrecían buen vino, buenas “cantaoras”, escondite y compañía femenina.

    Sus fechorías cada vez más arriesgadas y mayor botín conseguidas por su ingenio fueron cantadas por los madrileños; su doble vida de indiano adinerado y respetado de día con su falso nombre “Luis Álvarez de Cobos” y por la noche salía por la puerta de atrás como rey de los bajos fondos.

   En una de sus visitas a la cárcel conoció al político Salustiano de Olózabal al que ayudó a escapar. Agradecido al bandolero le inició en la masonería en la “Logia Libertad” Luis lucía una capa negra símbolo de los masones.

   Tres mujeres marcaron su vida, se casa en los carnavales de 1827 con Manuela viuda de veintitrés años que también pasó por la cárcel, durante la luna de miel vieron que no eran compatibles y Luis la abandonó ese mismo año.

   L a segunda Lola la naranjera que según la tradición era amante de Fernando VII y por último Clara joven de clase media con la que se fue a vivir a Valencia donde siguió robando.

    Asaltó a la modista de la reina en su taller y al embajador de Francia en su diligencia, huyó con Clara hacia Inglaterra pero al llegar a Gijón ella no quiso seguir y decidieron volver a Madrid.

    Fue detenido y juzgado el dos de noviembre de 1837 siendo condenado a morir a garrote vil, pidió clemencia a Mª Cristina de Borbón siendo denegada.

    Murió el seis de noviembre de 1837 con treinta y tres años, cuando estaba al pie del garrote dijo la frase: “¡Adiós Patria mía, sé feliz!”

     Existe una taberna en Madrid llamada “La cueva de Luis Candelas”  que nos lleva aquella época digna de visitar y aviso “cuidado con las carteras”.

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