martes, 4 de octubre de 2016

HISTORIA Y LENGUAJE DEL ABANICO

La historia del abanico no es tan remota como se podría pensar en un principio. Algo tan simple como abanicarse con los más diversos materiales (plumas, hojas...) no dió lugar al abanico que conocemos  se remonta apenas a 5 siglos atrás. Existían elementos simples, como el conocido paipai de una sola hoja rígida con un mango o empuñadura, y de gran variedad en formas y tamaños.

Se cree que por el siglo XV entre los años 1.400 a 1.425 los abanicos llegaron a China desde Corea. Los grandes "viajeros" los trajeron a Portugal, España e Italia. Aunque según recientes estudios se cree que los primeros abanicos plegables fueron introducidos en Europa por los Jesuítas. Catalina de Médicis los introdujo en Francia. En la corte de Enrique III, tomando como ejemplo el Rey que los utilizaba se hicieron muy populares.

Pero la época de máximo esplendor fué durante los reinados de Luis XIV y Luis XV, en donde eran complemento indispensable en el vestuario de una gran señora. Se utilizaban materiales de auténtico lujo, como piedras preciosas, tafetán de Florencia (las telas italianas eran consideradas las más lujosas del mundo), oro y metales preciosos, etc. En el siglo XVII hacen su aparición en Inglaterra, pero el varillaje estaba sujeto a un mango rígido. Eran de gran tamaño, y adornados con motivos diversos, pintados por artistas de renombre.

En la actualidad, el abanico ha pasado a ser un mero complemento, muy poco utilizado. El abanico siempre ha sido un elegante complemento femenino, pero también ha servido como lenguaje encriptado.

Consiste en una serie de señas que las mujeres de los siglos XVIII y XIX utilizaban para comunicarse con sus pretendientes o amantes. Os dejo una muestra.

Interpretación.
          Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.

 Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada, significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.

 Cerrar despacio. Este cierre significa un "Sí". Si se abre y cierra rápidamente significa, "Cuidado, estoy comprometida".

 Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un "No".

 Caer el abanico. Dejar caer el abanico significa: te pertenezco.

 Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te olvida.

 Contar varillas. Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.

 Cubrirse del sol. Significa que eres feo, que no la gustas.

 Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa "Si". Sobre la mejilla izquierda es "No".

 Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir "Te despido, se acabó".

 

 

 

 

 



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